miércoles, 12 de septiembre de 2012

Maryangel Garcia-Crónica

Maryangel Garcia
Crónica

Fecha: Del viernes 07 de septiembre 
Al sábado 03 de noviembre de 2012
Museo De Arte Contemporáneo
Sala O
Caracas - Venezuela



En un mundo históricamente dominado por los hombres, el rol de la mujer ha estado supeditado a los caprichos de éstos y determinado por sus atributos físicos, la capacidad para las funciones domésticas y las supuestas «debilidades» que la definen. Una realidad sustentada por la fuerza de la tradición, con una influencia importante en las sociedades modernas, que induce de manera involuntaria a la marginación y la autocensura. Estas circunstancias han servido para reforzar la autoridad de los hombres y validar el estado de discriminación, violencia y desigualdad al que ha sido sometido el género femenino durante siglos. La lucha por liberarse de este estigma atávico ha significado organización, voluntad y constancia, dentro de un proceso dirigido a lograr el respeto y el reconocimiento de su condición humana. 




Los grandes fenómenos sociales del siglo xx generaron cambios sustanciales en los modelos culturales y sistemas de pensamiento, permitiendo a la mujer la oportunidad de reflexionar sobre su presencia y participación en el contexto universal. Estas prácticas suscitaron, entre otras cosas, el surgimiento del movimiento feminista y el llamado «arte de género» a principios de los años setenta. Las artistas asociadas inicialmente a esta tendencia estética proponen un arte que refleja su propia conciencia ante los problemas ideológicos, políticos y sociales. Al respecto, la teórica Lucy Lippard señala que «(…) el arte feminista puede entenderse, más que como un estilo y movimiento plástico, como un sistema de valores, una estrategia revolucionaria, una forma de vida». En este marco, precursoras como Miriam Schapiro, Linda Nochlin, Ann Sutherland Harris, Faith Ringgold, Mary Kelly, Judy Chicago y Nancy Spero, entre otras, asumen una posición cuestionadora y crítica con la que defienden no sólo sus derechos en el medio social sino sus posibilidades expresivas en el plano artístico, originando —a partir de su imaginario y experiencia particular— una diversidad de propuestas plásticas y conceptuales con un rango de influencia notable. 




Inspirada en las referencias citadas, desde hace varios años Maryangel García viene planteando temas inherentes a la mujer. En sus últimos trabajos, el cuerpo femenino es 

tratado como metáfora de una fragilidad en combate permanente frente a los métodos de dominación machista. Un asunto que demuestra su preocupación por algunas realidades desafortunadas y persistentes en la sociedad actual. En consecuencia, crea imágenes en las que, sin abandonar la razón, destaca la voluptuosidad de los personajes, mujeres absortas en sus sueños y deseos carnales que exploran otra forma de independencia a través del sexo. La idea alcanza el clímax en la pieza Autorretrato (2012), donde la estampa de su vulva se multiplica en series de módulos irregulares como un torrente de energía provocadora e irreverente; una actitud desprejuiciada sostenida por el imperativo del placer que se aleja de las soflamas moralizantes. 




En los estudios desarrollados hasta ahora, la artista muestra rostros, senos, torsos, piernas y brazos «dibujados» con costuras de pespuntes sobre textiles industriales 


—seleccionados con riguroso cuidado— que sirven de base cromática y evocan las texturas de la piel vestida. Se genera así un proceso de hibridación a partir de materiales y técnicas donde mezcla collage, dibujo, pintura e impresiones con sellos artesanales; aplicaciones marcadas por un gesto informal que subraya la aparición de machas de pintalabios, o broches, remaches y gafetes que remiten directamente a lo mujeril. Del mismo modo establece relaciones entre la imagen y la palabra escrita mediante frases bordadas que aluden a problemas graves o anodinos, individuales o colectivos. Un recurso que explicita la actitud reivindicativa asumida por la mujer —como sujeto autónomo— en el contexto público y privado acorde con el espíritu de nuestro tiempo.





En la obra de García germina lo femenino. Una visión desde las vivencias cotidianas con múltiples registros que distinguen o estereotipan al «género». Aquí destacan presupuestos plenamente actuales, pero que reclaman una vinculación a referentes de un pasado reciente dentro de la historia del arte, como a otro casi ancestral que encierra y confiere la idea del trabajo femenino a labores menores como los tejidos, una de las actividades más antiguas ligadas a la mujer. Cuando la artista emplea el tejido en sus creaciones plásticas, consciente e inconscientemente, pone en evidencia un arte de mujeres. Así, entre telas, encajes e hilos hilvana un discurso que describe crónicas de vida, anécdotas personales y ajenas que involucran por igual a amas de casa, obreras, prostitutas o ejecutivas. Tejidos de historia que dan cuenta de narraciones sincopadas establecidas por la fuerza de un universo interior henchido de emociones, inquietudes, búsquedas, en fin, motivaciones conscientes que dentro de una dinámica transformadora aspiran al ideal de libertad. 


La muestra está compuesta por doce (12) collages de telas realizados entre los años 2006-2012.

Curaduría: Luis Velázquez


Agradecemos a Isael Reyes Muria por el envío de la invitación

No hay comentarios :

Publicar un comentario