miércoles, 22 de junio de 2011

ADRIAN PUJOL: UN PAISAJISTA QUE ENCONTRO SU “PARIAISO”

ADRIAN PUJOL: 
UN PAISAJISTA QUE ENCONTRÓ SU “PARIAISO”

Del 26 de junio 
Al 24 de julio de 2011
Caracas - Venezuela



Adrián Pujol, a pesar de la soledad infinita que marcó sus viajes por Paria y sus remotos paisajes terrestres y marinos, regresa al destino obligado  de un artista: una pared, una sala y unas enormes expectativas. Su Pariaiso 1996 será mostrado en la galería G Siete del Centro de Arte Los Galpones a partir del domingo 26 de junio, a las 11:00 a.m., como una experiencia que trasciende entre lo pictórico y lo editorial, resumido en 5 libros y 51 estampas gráficas. El resto es una historia de viajes península adentro.

Las palabras, críticas o ficcionales de Mikel de Viana SJ, Federico Vegas, Eugenio Montejo y Lorena González, de distintas maneras, acompañan la travesía de Pujol por sitios que son geografía fundacional o principios de fábulas, y Pariaiso1996  lo sintetiza. 




La exposición la inspira la leyenda de un navegante casi ciego que al llegar a estos parajes creyó haber encontrado el paraíso; nadie contradijo al Almirante Colón. El artista plástico Adrián Pujol, cinco siglos después, efectivamente sintió que entraba en un paraíso, donde las carencias se ven como naturales y al no contrastarlas se aminoran. No hay carreteras ni electricidad, solo distancias y ausencia,  nada de globalización, dice.

Pariaiso 1996, la muestra, se desplegará en 5 libros y 51 piezas  gráficas,  27 de ellas pruebas de artista, y 24 pruebas únicas, iluminadas con acuarela. Las obras las realizó Pujol navegando en un peñero y más tarde en tierra en sus sesiones de pintura. “Los retratos surgieron espontáneos  conversando de noche en Uquire entre las olas con la luz de gas y con un bolígrafo dibujó la mancha con la línea, cada dibujo en un instante”, rememora este venezolano de origen español.




Cada libro contiene dos relatos, “Al paraíso me lleva la esperanza y no la melancolía”, escrito por Mikel de Viana SJ. en 1998, y “Pariaiso”, escrito por Federico Vegas en 1999. Al proyecto editorial le siguen una cantidad de créditos que explican la destreza de las artes gráficas de Venezuela: textos  diseñados por Cesar Jara, fotografías del catalán Tony Catany quien acompañó al artista en el itinerario de Paria, estampados en litografía, con plancha “Pronto-Plate”,  por Agustín Villasana sobre papel Velin Arches Blanc 250gr realizados en el Taller de Artistas Gráficos Asociados Luisa Palacios TAGA en el año 2004, terminándose de imprimir dos años después. Y encuadernados por Álvaro González.

Adrián Pujol, a la manera de los viajeros europeos que desde hace siglos han hecho arduos y excitantes travesías por nuestra geografía, llámense botánicos, artistas, geógrafos, misioneros o aventureros, no ha escapado a esta tentación de descubrir otros olores y colores en los mismos territorios; de contemplar y sufrir las sacudidas imprevisibles de la naturaleza o de regocijarse con la puesta del sol que antecede al ataque despiadado de insectos. Un peñero, paisajes de seducción y temor, fueron los insumos que se sucedieron en las cartas de navegación que iban encontrando y dejando atrás con el pálpito del peligro y la emoción. Rio Caribe, Cerezo, Aguafría, la Llanada de Cangua y Querepare, San Juan de las Galdonas, verdaderos cruces lacustres y marítimos; el majestuoso Orinoco, la vecina Trinidad y leyendas antiquísimas en las voces de los pescadores.





Tony Catany realizó un registro con su lente fotográfico tan minucioso como Pujol en el papel. Gentes que gesticulan y fabulan; ensenadas, ríos, pueblos de fin de mundo como Macuro, la soledad más absoluta. 

-- La costa es tan hermosa que merecía pintar en cada curva pero no podíamos detenernos, el tiempo contaba – relata Pujol, quien ya había hecho este trayecto cinco veces--  A todo motor, rumbo  hacia el este pasamos por delante del cabo Tres Puntas y Chuao. Al llegar a Santa Isabel atracamos en la playa, por una escalera insertada en el acantilado que sube al pueblo, a su única calle tallada en la montaña. Los pescadores –continua Pujol-  me describían la costa que se extiende desde Río Caribe hasta Trinidad como un vergel lleno de ensenadas pobladas de una vegetación que se precipita desde la cornisa de la montaña hasta el mar azul oscuro…me hablaron de peligros y de contrabandistas. Esos cuentos me crearon la imagen de un lugar extraviado perdido de Venezuela.  Tanto lo imagine que lo traía en mí insinuado y ahora iba al encuentro de estas emociones.

  Por su parte la investigadora de artes visuales, Lorena González  aborda la dimensión paisajística que define la obra artística de Adrian Pujol
“Frente al paisaje, su voluntad se suspende y se expande hacia la acción inmediata de fijar, de atrapar esas moléculas lumínicas que vibran tras la transición del día. Guían su mano las urgencias de la luz y las evanescencias cromáticas del movimiento. En el papel toman cuerpo los apuntes y las líneas cuando sobre los blancos transitivos se asoman los indicios de ese encuentro que Pujol acopla con el afuera, geodesias trasladadas e invertidas donde no sabemos cómo lo vasto se vuelve íntimo mientras su cuerpo —el del artista— se ensancha y desaparece por entre las sombras del entorno”.





     La exposición de Adrian Pujol Pariaiso 1996 permanecerá abierta al público desde el 26 de junio hasta el 24 de julio en la Galería G Siete del Centro de Arte Los Galpones, ubicado en la Av. Ávila con 8va, transversal de  Los Chorros. El  horario es de martes a sábado, de 11:00 a.m. a 7:00 p.m. y los domingos de 11:00 am a 4:00 p.m. Entrada Libre.



Agradecemos a Marisela Montes por el envío de esta información

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